CAMPUS UNIVERSITARIO CHAPINGO

Silvino´s Bar
Mientras dura el temblor (del extrañamiento) querencial

Alex Sanciprián

Mientras dura el trago, dura la querencia, dura la qué madura. La costra de quien ni tiene a quien amar, ni vida que quiera o muerte que robe, tal y como establece Ricardo Reis, quien mucho tiene de Fernando Pessoa.
En esa dinámica estuve hasta hace unos días: en esos paréntesis de eternidad que calan la lengua, que asoman en paralelo en el sueño, en el día a día de las refulgencias varias que acontecen en tanto Angelikita, mi diva particular, andaba de vacaciones familiares en el Caribe mexicano y he aquí que durante su ausencia asumí la respectiva crisis existencial de infaltable balance personal.
La veré en dos días, pero el punto fue que he extrañado el dulce encanto de su sonrisa y su providencial modo de ser y decir las cosas, al igual que las compartidas jornadas de incursión en el Silvino´s Bar en esta continuidad de los primeros días del año.
Ni modo, ella se lo ha perdido. Ya le platicaré de cómo el campus universitario de Chapingo se transformó en set cinematográfico hace unos días. La pondré al tanto de cómo fue la filmación de algunas escenas de la película Tlatelolco, protagonizada por Cassandra Ciangherotti y Christian Vázquez, en la que se cuenta una historia intimista de cómo fueron los meses previos a la masacre en la Plaza de las Tres Culturas y el inicio de los Juegos Olímpicos de 1968. Le informaré que se trata de una cinta dirigida por Carlos Bolado, que inclusive ya filmó en las instalaciones de Ciudad Universitaria (UNAM) y que también se recreó una marcha en Paseo Reforma: me imagino la cara que pondrá cuando le diga que a pesar del presupuesto de cuatro millones de dólares, Bolado echó mano de una peculiar convocatoria por medio de las redes sociales en internet para reunir a unas 1000 personas con vestuario de los 60, y así filmar la susodicha marcha. Ya escucho su refrescante sonrisa al enterarse que hizo lo mismo para juntar una mayor cantidad de personas para una de las escenas culminantes de la cinta: la matanza de Tlatelolco en la Plaza de las Tres Culturas. Cuando le diga que en el elenco figuran Roberto Sosa (Gustavo Díaz Ordaz) y Ricardo Kleinbaum, en el papel del entonces Secretario de Gobernación Luis Echeverría Álvarez, con seguridad me soltará un singular comentario acerca de cómo se ha desarrollado la cinematografía nacional y sus novedosos rostros más allá de los Bichir, Gael García y Diego Luna.
Por otro lado, seguramente durante esa postergada charla me preguntará acerca de cómo va la dinámica política en la región, específicamente en Texcoco. Al respecto le informaré de la reciente inauguración de la nueva base de los autobuses México-Tepetitlan en la comunidad de Tocuila. Asimismo, tendrá noticia de que las propias autoridades del ayuntamiento de Texcoco han reiterado que la construcción de la Central Camionera es responsabilidad del gobierno estatal, y que la reubicación de las bases de taxis del Centro Histórico de la localidad tardará meses en concretarse.
De igual forma, le platicaré a mi diva la inminente derrama de cerca de 10 millones de pesos, de parte del gobierno estatal, para apoyar programas y proyectos para el desarrollo social en Papalotla, el municipio más pequeño de la entidad y del país. Tengo claro que ella me dirá a bote pronto que lo deseable es que en efecto ocurra, pero que también se tenga vigilancia de la inminente tentación de malversar fondos públicos y que tan dados a cometer son nuestros políticos en todos los niveles.
Le encantará saber que durante las fiestas patronales de San Sebastián el 20 y para el 22 de este mes en el municipio vecino de San Vicente, la programación de eventos artísticos y culturales han tomado en cuenta la inclusión puntual de decenas de jóvenes.
Mientras dura el temblor (del extrañamiento) querencial también dura el trago, dura la querencia, dura la qué madura. La costra de quien ni tiene a quien amar, ni vida que quiera o muerte que robe, tal y como establece Ricardo Reis, quien mucho tiene de Fernando Pessoa.

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Mientras dura el temblor (del extrañamiento) querencial

Alex Sanciprián

Mientras dura el trago, dura la querencia, dura la qué madura. La costra de quien ni tiene a quien amar, ni vida que quiera o muerte que robe, tal y como establece Ricardo Reis, quien mucho tiene de Fernando Pessoa.
En esa dinámica estuve hasta hace unos días: en esos paréntesis de eternidad que calan la lengua, que asoman en paralelo en el sueño, en el día a día de las refulgencias varias que acontecen en tanto Angelikita, mi diva particular, andaba de vacaciones familiares en el Caribe mexicano y he aquí que durante su ausencia asumí la respectiva crisis existencial de infaltable balance personal.
La veré en dos días, pero el punto fue que he extrañado el dulce encanto de su sonrisa y su providencial modo de ser y decir las cosas, al igual que las compartidas jornadas de incursión en el Silvino´s Bar en esta continuidad de los primeros días del año.
Ni modo, ella se lo ha perdido. Ya le platicaré de cómo el campus universitario de Chapingo se transformó en set cinematográfico hace unos días. La pondré al tanto de cómo fue la filmación de algunas escenas de la película Tlatelolco, protagonizada por Cassandra Ciangherotti y Christian Vázquez, en la que se cuenta una historia intimista de cómo fueron los meses previos a la masacre en la Plaza de las Tres Culturas y el inicio de los Juegos Olímpicos de 1968. Le informaré que se trata de una cinta dirigida por Carlos Bolado, que inclusive ya filmó en las instalaciones de Ciudad Universitaria (UNAM) y que también se recreó una marcha en Paseo Reforma: me imagino la cara que pondrá cuando le diga que a pesar del presupuesto de cuatro millones de dólares, Bolado echó mano de una peculiar convocatoria por medio de las redes sociales en internet para reunir a unas 1000 personas con vestuario de los 60, y así filmar la susodicha marcha. Ya escucho su refrescante sonrisa al enterarse que hizo lo mismo para juntar una mayor cantidad de personas para una de las escenas culminantes de la cinta: la matanza de Tlatelolco en la Plaza de las Tres Culturas. Cuando le diga que en el elenco figuran Roberto Sosa (Gustavo Díaz Ordaz) y Ricardo Kleinbaum, en el papel del entonces Secretario de Gobernación Luis Echeverría Álvarez, con seguridad me soltará un singular comentario acerca de cómo se ha desarrollado la cinematografía nacional y sus novedosos rostros más allá de los Bichir, Gael García y Diego Luna.
Por otro lado, seguramente durante esa postergada charla me preguntará acerca de cómo va la dinámica política en la región, específicamente en Texcoco. Al respecto le informaré de la reciente inauguración de la nueva base de los autobuses México-Tepetitlan en la comunidad de Tocuila. Asimismo, tendrá noticia de que las propias autoridades del ayuntamiento de Texcoco han reiterado que la construcción de la Central Camionera es responsabilidad del gobierno estatal, y que la reubicación de las bases de taxis del Centro Histórico de la localidad tardará meses en concretarse.
De igual forma, le platicaré a mi diva la inminente derrama de cerca de 10 millones de pesos, de parte del gobierno estatal, para apoyar programas y proyectos para el desarrollo social en Papalotla, el municipio más pequeño de la entidad y del país. Tengo claro que ella me dirá a bote pronto que lo deseable es que en efecto ocurra, pero que también se tenga vigilancia de la inminente tentación de malversar fondos públicos y que tan dados a cometer son nuestros políticos en todos los niveles.
Le encantará saber que durante las fiestas patronales de San Sebastián el 20 y para el 22 de este mes en el municipio vecino de San Vicente, la programación de eventos artísticos y culturales han tomado en cuenta la inclusión puntual de decenas de jóvenes.
Mientras dura el temblor (del extrañamiento) querencial también dura el trago, dura la querencia, dura la qué madura. La costra de quien ni tiene a quien amar, ni vida que quiera o muerte que robe, tal y como establece Ricardo Reis, quien mucho tiene de Fernando Pessoa.