JURAN BANDERA NUEVOS CADETES

Posted by . on miércoles, abril 21, 2010 0


CONMEMORAN XCVI ANIVERSARIO DE LA HEROÍCA DEFENSA DEL PUERTO DE V ERACRUZ
SE RECORDÓ A JOSÉ AZUETA Y VIRGILIO URIBE

El Presidente Felipe Calderón: Qué privilegio, jóvenes cadetes, que a ustedes haya correspondido jurar la Bandera Nacional, precisamente en este Año de la Patria, este año en que celebramos 200 años de ser orgullosamente mexicanos y 100 años del inicio de la Revolución Mexicana.Me llena de orgullo estar aquí, con ustedes, para conmemorar el XCVI Aniversario de la Heroica Defensa del Puerto de Veracruz frente a tropas norteamericanas.Saludo también al licenciado Fidel Herrera Beltrán, Gobernador del Estado de Veracruz, y a los Legisladores que hoy nos acompañan.Hoy recordamos con respeto y admiración la memorable batalla en que el Teniente José Azueta y el Cadete Virgilio Uribe defendieron a sangre y fuego, y con su vida, el Puerto de Veracruz frente al embate de las tropas norteamericanas.Esta gesta inolvidable de México, escrita con letras de oro en la historia nacional, es un testimonio de la inquebrantable voluntad de los marinos por defender nuestras libertades y por defender la soberanía nacional frente a cualquier enemigo. Sé bien que este ejemplo de patriotismo late profundamente en el corazón de cada uno de ustedes y los habrá de impulsar todos los días en su carrera naval para cumplir con su deber.Sépanse herederos de una larga tradición de honor, de valor y lealtad de las Fuerzas Armas Mexicanas. Todos debemos sentirnos satisfechos de que una nueva generación de jóvenes inicie su instrucción para unirse a las filas de la Armada de México.Las mujeres y los hombres que hoy juran servir a México y lealtad a la Patria, guardan la esperanza de los mexicanos de un futuro mejor, que la propia Patria merece, porque los cadetes de esta escuela tienen una altísima responsabilidad con México y con los mexicanos. Aquí habrán de formarse en los valores del honor, de la justicia, de la lealtad y de la honradez, para servir a la Patria.Los mexicanos reconocemos en nuestros marinos una trayectoria limpia en el cumplimiento de sus múltiples y delicadas tareas. Hoy, como ayer, los integrantes de este Instituto Armado protegen nuestros mares y costas, cuidan de nuestros recursos naturales, salvaguardan las instalaciones estratégicas, auxilian a la población civil en casos de desastre y, por supuesto, en cumplimiento del mandato constitucional, protegen a México en su soberanía exterior y en su seguridad interior.Son múltiples las actividades que han desarrollado los marinos, no sólo desde la Heroica Defensa de Veracruz y antes, sino, incluso, en los días y meses recientes. A principios de este año, marinos mexicanos prestaron ayuda humanitaria al hermano pueblo de Haití, devastado por un terremoto.En México han cumplido, junto con los elementos del Ejército Mexicano, su labor de proporcionar apoyo médico, habilitar albergues, repartir alimentos, evacuar, atender a los afectados por desastres naturales registrados este mismo año, incluso, en varias entidades del país, como Michoacán, Estado de México y el propio Distrito Federal.Por su trabajo y entrega, por su compromiso con la población civil en estas situaciones, los mexicanos les están permanentemente agradecidos. Desde luego, el pueblo de México reconoce su destacada labor en la lucha por la seguridad de todas las familias mexicanas.Como he mencionado, la Constitución General de la República dispone que las Fuerzas Armadas son responsables de defender la soberanía exterior y la seguridad interior del país, amenazada por quienes pretenden debilitar a las instituciones y a las autoridades, con el perverso objetivo de arrebatarle la paz y la tranquilidad a las familias mexicanas y someterlas a sus intereses.Ustedes, los marinos de México, han jugado un papel clave para desarticular redes logísticas y operativas del crimen organizado.Sin ir más lejos, aquí en Veracruz, nuestros marinos han librado decisivas batallas. Incluso hasta días recientes, en que han logrado aseguramientos muy importantes de estupefacientes y, asimismo, han infligido importantes derrotas y severas y trascendentales capturas al enemigo, todo ello en favor de Veracruz y de México.Ha sido el caso, por ejemplo, de Braulio Arellano, alias El Gonzo, líder de Los Zetas en este estado; o de José Osiris Cruz, criminal y presunto secuestrador de un funcionario administrador de la Aduana de este puerto, quien fuera encontrado asesinado, por citar dos ejemplos recientes.Con estas acciones, entre muchas otras, la Marina ha sabido ganar a pulso la admiración y el cariño de México.Yo quiero aprovechar esta ocasión para hacer nuevamente un reconocimiento al desempeño, siempre leal, siempre disciplinado, siempre entregado a México, de las Fuerzas Armadas, del Ejército y de la Marina, porque sin titubeos ni regateos han salido en defensa de la Patria y de los mexicanos.Porque sin debilidades, mezquindades o egoísmos, han velado por los intereses de la Nación; porque han sido una fuerza para la paz, para la estabilidad de México, una fuerza para el bienestar y el desarrollo del país, y que el pueblo agradece.Tengo la certeza de que el invaluable servicio que ustedes prestan a la Patria, ese apoyo subsidiario que brindan en tareas de seguridad, es un espacio de tiempo y de fuerza necesario para que las policías y autoridades civiles puedan reorganizarse, depurarse y fortalecerse, como es su deber, y que esa presencia es y será valorada, reconocida y recordada por todos los mexicanos de hoy y de mañana.Somos conscientes de que su labor en estas tareas requiere no sólo de las capacidades técnicas, operativas y de armamento suficientes, sino también de un marco jurídico claro y preciso que no dé espacio a ninguna duda, ni permita insidia alguna que afecte el cumplimiento de su deber. Y por eso he enviado al Senado de la República una Iniciativa para modificar la Ley de Seguridad Nacional que busca definir con precisión las circunstancias y procedimientos, a fin de que las Fuerzas Armadas puedan cumplir con su deber de preservar la seguridad interior del país, sin injustos e infundados reproches de ninguna clase.Porque se trata de brindar una mayor certeza jurídica a las acciones de nuestras mujeres y hombres de armas y de hacer más eficaz su intervención, cuando las autoridades civiles lo requieran o no puedan o, incluso, no quieran enfrentar ellas mismas a los criminales.Así, el Gobierno Federal refrenda una vez más su compromiso irrenunciable con quienes día tras día defienden y protegen a nuestra gran Nación, aún a costa de su propia vida. Hoy, nuestro país libra una firme batalla contra un enemigo sin escrúpulos, que atenta contra la seguridad, la tranquilidad y las libertades de los mexicanos. Reitero. Los problemas que vive México en esta materia van mucho más allá que el tráfico ilícito de estupefacientes. Nuestra batalla no es sólo, ni únicamente, y quizá ni principalmente contra el narcotráfico en sí mismo; nuestra batalla es por la seguridad de las familias y contra el crimen organizado en cualquiera de sus modalidades.Desde la trata de personas, el secuestro de migrantes, la extorsión y el acoso sobre la vida de los ciudadanos.Nuestra batalla es para que el Gobierno, y sólo el Gobierno, reconocido constitucionalmente, en cualquiera de sus niveles, sea quien ejerza el monopolio de la fuerza.Que la única ley que prevalezca entre los ciudadanos sea la que los Congresos emitan en cumplimento de sus normas constitucionales. Y que sólo haya una fuerza y una ley. Una, que puede y debe haber en todo el territorio nacional, sin excepción.Nuestra prioridad es garantizar la seguridad de las familias. Nuestra tarea es, precisamente, proteger a México y a los mexicanos. No sólo cumplir con nuestro deber, que, por supuesto, más que afectarnos, nos honra, sino también el liberar a aquellas familias mexicanas del yugo de dominio que la insidia, la complicidad o el temor de quienes tenemos la responsabilidad de protegerlas, les puede infligir.El crimen organizado ha corrompido y envilecido la vida de muchas comunidades. Y es en ese entorno permisivo que han florecido delitos como el robo, el secuestro, la extorsión.Porque esos grupos criminales, tomada una vez una influencia decisiva en una población o en una ciudad, o en alguna parte del territorio nacional, pretenden hacerse dueños de las vidas de los mexicanos que ahí viven. Por eso extorsionan, secuestran, exaccionan y oprimen económicamente a las personas que ahí viven.La voz de esas personas clamando justicia, pidiendo protección del Estado, clamando por ayuda, es la voz que escucha el Gobierno de México, es la voz que escuchan las Fuerzas Armadas, lo que está escrito en la ley y en la Constitución y el clamor que viene de poblaciones oprimidas por la acción de tales criminales. Por eso el Estado mexicano combate a la delincuencia organizada, para proteger su vida, su patrimonio, su integridad física, hoy amenazada. Y en esta lucha por hacer prevalecer la ley, la paz, la seguridad en todo el territorio nacional, ha contado México con la disciplina y la lealtad de las Fuerzas Armadas.Anticipamos, desde un primer momento, que esta lucha tendría altos costos, pero que había que librarla si verdaderamente aspirábamos a ver un México libre de tan singulares amenazas, si verdaderamente aspirábamos a que las familias, nuestros hijos pudieran vivir y convivir en paz como ellos merecen.Si lo queremos, como lo queremos la mayoría de los mexicanos, habría, precisamente, que enfrentar los riesgos y costos de conseguirlo. Y por eso hemos tenido, como anuncié desde un principio y así es, que enfrentar costos en términos de tiempo, de recursos y, por desgracia, también de vidas humanas.Desde aquí, quiero rendir un sincero homenaje a los elementos de la Armada, del Ejército, de la Policía, que han caído en el cumplimiento del deber. Desgraciadamente, también duele y duele profundamente que en esta batalla hayan sido registradas pérdidas de vidas civiles inocentes, acontecimientos que han enlutado y llenado de dolor a México. Quiero expresar la profunda pena que me embarga y embarga a todos los mexicanos, esas pérdidas irreparables, y reiterar mis más sentidas condolencias a sus deudos. Por ellos, por las mexicanas y mexicanos inocentes que han caído, por los marinos, los soldados, los policías, las autoridades que han caído, por todos ellos hagamos un minuto de silencio para honrar su memoria.

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