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on viernes, junio 07, 2013
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CONTROVERCIA EN LOS DERECHOS HUMANOS....
El lunes 10 de junio se cumplen dos años de la reforma constitucional en materia de derechos humanos. Este jueves 6 se conmemoró el vigésimo tercer aniversario de la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Mientras, en la CĆ”mara de Diputados dormita el dictamen de reforma constitucional en materia de acceso a la información, tendente Ć©sta a ampliar facultades al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) y ampliar el espectro de entes obligados a transparentar su información, subrayadamente sindicatos y partidos polĆticos.
Derechos humanos y acceso a la información, son conquistas obtenidas merced al imperativo de una sociedad mexicana cada dĆa mĆ”s politizada, informada y demandante de garantĆas frente al poder polĆtico y económico, entendiĆ©ndose Ć©ste mĆ”s allĆ” del gobierno federal, porque el abanico de obligaciones y responsabilidades trasciende a un secretario de despacho, un funcionario de medio pelo, al policĆa, el diputado, el senador o el alcalde que se asumen autoridad mĆ”xima con impunidad para pasar por encima de los derechos humanos del ciudadano comĆŗn.
Han transcurrido 23 aƱos de la creación de la CNDH, pero la violación a los derechos humanos no se ha extirpado en MĆ©xico. QuizĆ” sea un exceso considerar imposible generalizar la cultura del respeto a los derechos humanos, mas es una realidad. Los escĆ”ndalos de polĆticos y sus familiares, de empresarios o gente adinerada o ciudadanos prepotentes que golpean al conserje del edificio, al cuidador de autos o maltratan a la secretaria, el ayudante, al policĆa de vĆa pĆŗblica, a la vendedora ambulante, evidencian la incultura imperante en este rubro.
Pero, igual los supuestos violentados en sus derechos suelen escudarse en la invocación del respeto a los suyos cuando han violado los de sus supuestos agresores. Un limpiaparabrisas que agrede a la seƱora automovilista porque Ć©sta se niega a que le llenen de jabón el parabrisas de su auto, es una violación a los derechos humanos, aunque el supuesto desposeĆdo se asuma agredido.
Impunidad en las prisiones, impunidad en la comisión de delitos. Impunidad en la afectación de derechos humanos de quienes desconocen cuĆ”les son Ć©stos. El ladrón que acusa al policĆa que lo detuvo de haberlo agredido; y el jenĆzaro se va al bote porque su jefe, otro violador de derechos humanos, se alza el cuello justiciero por aplicar la ley, supuestamente.
El derechohabiente de servicios de salud que exige atención pese a que delante de él hay otros que requieren con mayor urgencia la atención, también viola los derechos humanos de sus pares y, de paso, fastidia la vida de un médico, un empleado, un prestador de servicio que cumple con su tarea. Aunque también del otro lado se cuecen habas.
Mire usted. En la ceremonia en la que se firmó un convenio de colaboración entre la SecretarĆa de Gobernación y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en el Hotel Camino Real, precisamente para emprender una cruzada de capacitación de servidores pĆŗblicos en esta materia, el secretario Miguel Ćngel Osorio Chong reconoció que un gran nĆŗmero de mexicanos no puede disfrutar con plenitud los derechos consagrados en la Constitución.
Incluso, en entrevista, informó que junto con la ProcuradurĆa General de la RepĆŗblica se investiga a los mĆ”s de dos mil servidores pĆŗblicos que estarĆan involucrados en casos de desapariciones forzadas, de acuerdo con la denuncia del presidente de la CNDH, RaĆŗl Plascencia Villanueva.
“No tenemos nada que ocultar; vamos a llegar hasta sus Ćŗltimas consecuencias”, garantizó el secretario de Gobernación. Y se le concede el beneficio de la duda, aunque el ombudsman asegura –en alusión al informe de AmnistĆa Internacional que implica a servidores pĆŗblicos en la comisión del delito de lesa humanidad– hay 30 casos en los que ese vĆnculo quedó plenamente establecido.
PodrĆamos adelantar de dónde son esos “servidores pĆŗblicos” acusados de delitos de lesa humanidad, es decir, de atentar contra la vida de seres humanos. Empero, incurrirĆamos en ese riesgo de atentar contra los derechos humanos de quienes, aun acusados, tienen derecho a la defensa y son inocentes hasta en tanto no se les demuestre lo contrario.
SĆ, avanzamos en el respeto a los derechos humanos y el acceso a la información pĆŗblica. Prevalecen, empero, resistencias en diversos sectores sociales a ajustarse a estas que son garantĆas de todo ciudadano. Por algo se empezó y se avanza. ¿Por quĆ© atorar la reforma del IFAI en la CĆ”mara de Diputados? Se aplaudirĆ” la aplicación de la ley, sin duda, a quienes han violado los derechos humanos en grado extremo, segĆŗn documenta AmnistĆa Internacional. ¿El respeto al derecho ajeno es la paz? Digo.
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