
AsĆ lo estimó el secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan JosĆ© Guerra Abud, quien indicó que tal vez la contribución del paĆs en la materia puede no influir mucho en el planeta, puesto que MĆ©xico sólo genera 1.4 por ciento de esos gases en el mundo, pero le da una gran autoridad moral para exigir a los demĆ”s paĆses que cumplan.
En entrevista, reconoció que se deben atender los temas de deforestación, manejo de residuos sólidos y la escasa participación de los negocios verdes en el PIB (sólo 0.6 por ciento, comparado con 10 por ciento en Dinamarca).

El titular de la Semarnat mencionó que la economĆa verde es una realidad, pues ningĆŗn empresario moderno puede aspirar a ser competitivo sin tecnologĆas actualizadas que cuiden el medio ambiente.
De hecho, dijo, el manejo de residuos sólidos municipales, las energĆas renovables y el aprovechamiento racional de los bosques, constituyen enormes posibilidades de negocio.
Reiteró que mientras los paĆses de Europa basan entre 2.5 y 10 por ciento de su Producto Interno Bruto en la economĆa verde, MĆ©xico alcanza apenas 0.6 por ciento, lo que habla de las enormes posibilidades en la materia

En contraste, la organización ambientalista Greenpeace criticó la Estrategia Nacional de Cambio ClimĆ”tico, porque dice, “abre la puerta para la energĆa nuclear que ha demostrado alta peligrosidad para la salud humana y el medio ambiente”.
SegĆŗn un anĆ”lisis sobre dicha estrategia federal, elaborado por Beatriz Olivera, coordinadora de la campaƱa de EnergĆa y Cambio ClimĆ”tico de Greenpeace, la energĆa nuclear es una pobre fuente de energĆa y aĆŗn no se resuelve el problema de los residuos radioactivos.
Por ello, resulta “inconcebible” que contemple dentro de sus ejes estratĆ©gicos la implementación de un programa nuclear como posible sustituto al uso de combustibles fósiles, seƱaló la especialista.
Advirtió que existen incongruencias, porque se dice que la estrategia servirĆ” para que MĆ©xico transite a una matriz energĆ©tica libre de combustibles fósiles, mientras la Estrategia Nacional de EnergĆa, tiene un enfoque basado en hidrocarburos.

Al respecto, la encuesta sobre Medio Ambiente realizada por el Instituto de Mercadotecnia y Opinión, que analiza el caso MĆ©xico, en comparación con otros 33 paĆses, destaca que 51 por ciento de la población mexicana considera “extremadamente peligrosa” la energĆa nuclear.
El mismo estudio seƱala que 17 por ciento de los mexicanos estĆ” totalmente de acuerdo con la siguiente afirmación: “El crecimiento económico siempre perjudica al medio ambiente”.
A su vez, el procurador federal del Medio Ambiente, Francisco Moreno Merino, aseguró que México llega a este festejo consciente, fuerte, articulado y resuelto a hacer un esfuerzo de nivel mundial.

Sin embargo, reconoció que también se enfrentan retos sobre todo en la conservación de macizos forestales, almacenamiento de agua y selvas bajas, que se deben de atender con el apoyo de la población.
SegĆŗn el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), gran parte de la población mexicana en pobreza se ubica en regiones de gran riqueza natural. Su ingreso depende mucho de los ecosistemas. El combate a la pobreza “deberĆa incorporar el buen manejo del capital natural”.
El PNUMA advierte que en el Ćŗltimo cuarto de siglo, la economĆa mundial creció cuatro veces, pero esto no trajo consigo mejora en la equidad y reducción de la pobreza “y mucho menos un manejo sostenible del capital natural de las naciones”.
Mientras la degradación ha afectado de manera irreversible a 60 por ciento de los ecosistemas mĆ”s importantes del mundo, unos mil 300 millones de pobres habitan en paĆses de renta media.

Para Ricardo JuĆ”rez Palacio, presidente de la Asociación Mexicana de Impacto Ambiental, es urgente actualizar los marcos jurĆdicos, pues la Ley General del Equilibrio Ecológico fue vanguardista en su momento y su Reglamento “bastante rico”, pero la primera se promulgó hace 25 aƱos y el segundo hace 14.
Destacó que algunas energĆas renovables como la eólica, no estĆ”n reglamentados y las obras en la materia se realizan de manera arbitraria, a veces, con mĆ”s perjuicio que beneficio.
Debe haber, dijo, una Norma Oficial Mexicana que regule claramente dónde sĆ y dónde no y ¿por quĆ©? se pueden establecer instalaciones de este tipo.
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