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*Efrén González entregó la obra 21 a favor de 100 familias chiconcuaquenses
CHICONCUAC, Edomex.- “Los ciudadanos son principio y finalidad de los proyectos que a su favor gestionamos, promovimos y entregamos razón de ser de toda administración pública”, dijo el presidente municipal Efrén González Delgado, durante la inauguración de la electrificación de la calle y cerradas de Rio Chiquito, en compañía de integrantes del cabildo y funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad, donde se beneficiaron más de cien familias con esta obra que suman 21 ya concluidas.
Entretanto, el edil advirtió, que: “como lo es ahora, esta entrega de la electrificación de esta calle Río Chiquito, que marca el inicio de entregas de muchas calles más en las diferentes comunidades de nuestro municipio”, aseguró que son compromisos que se han cumplido y que con anterioridad lo firmó en campaña, ahora son realidad y gracias a las diversas gestiones que se han realizado, independiente que en todo el año se continuarán trabajando.
Ante, Juan Manuel Martínez Ávila, encargado de la obra de electrificación; del Ing. Luis Ibáñez Garduño, Superintendente Zona Chapingo; del Ing. Humberto Huante Aguirre departamento de electrificación del Valle de México, González Delgado reflexionó, que esta administración se comprometió en el año 2009, incansablemente a trabajar por mejorar las condiciones de vida y bienestar de la ciudadanía de Chiconcuac, prueba es la inversión de un millón 600 mil pesos.
Sostuvo, que esta entrega es una muestra más de que estamos cumpliendo puntualmente, no sólo con lo comprometido, sino con lo necesario para que el nivel de vida y bienestar de la ciudadanía mejore, mediante la mejora de los servicios públicos y la urbanización de las comunidades, prueba es que se han atendido ya varias a la población.
En su momento, el alcalde Efrén Gonzales, manifestó su agradecimiento al gobernador del Estado de México, a través del Prof. Martín Rivera Espinoza, por el apoyo incondicional y su presencia como testigo fiel de que en Chiconcuac, no se ha descansado, que se sigue gestionando a favor de obras materiales para Chiconcuac y por lo mismo, continuaran respaldando al Dr. Eruviel Ávila Villegas.
Frente a los vecinos y de la regidora Claudia Rodríguez Flores, del director de Obras Públicas Raúl González González, el edil enfatizó, que Chiconcuac gracias a esto y los vecinos, la localidad es uno de los municipios del Valle de México, con mayor obra realizada en relación a los recursos que se le habían asignados, gracias a la gestión que se ha realizado y por lo mismo, pues se lleva más de 100 millones de pesos en obra pública, acotó.


AUTORIDADES ELECTRIFICARON COLONIA EN CHICONCUAC

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*Efrén González entregó la obra 21 a favor de 100 familias chiconcuaquenses
CHICONCUAC, Edomex.- “Los ciudadanos son principio y finalidad de los proyectos que a su favor gestionamos, promovimos y entregamos razón de ser de toda administración pública”, dijo el presidente municipal Efrén González Delgado, durante la inauguración de la electrificación de la calle y cerradas de Rio Chiquito, en compañía de integrantes del cabildo y funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad, donde se beneficiaron más de cien familias con esta obra que suman 21 ya concluidas.
Entretanto, el edil advirtió, que: “como lo es ahora, esta entrega de la electrificación de esta calle Río Chiquito, que marca el inicio de entregas de muchas calles más en las diferentes comunidades de nuestro municipio”, aseguró que son compromisos que se han cumplido y que con anterioridad lo firmó en campaña, ahora son realidad y gracias a las diversas gestiones que se han realizado, independiente que en todo el año se continuarán trabajando.
Ante, Juan Manuel Martínez Ávila, encargado de la obra de electrificación; del Ing. Luis Ibáñez Garduño, Superintendente Zona Chapingo; del Ing. Humberto Huante Aguirre departamento de electrificación del Valle de México, González Delgado reflexionó, que esta administración se comprometió en el año 2009, incansablemente a trabajar por mejorar las condiciones de vida y bienestar de la ciudadanía de Chiconcuac, prueba es la inversión de un millón 600 mil pesos.
Sostuvo, que esta entrega es una muestra más de que estamos cumpliendo puntualmente, no sólo con lo comprometido, sino con lo necesario para que el nivel de vida y bienestar de la ciudadanía mejore, mediante la mejora de los servicios públicos y la urbanización de las comunidades, prueba es que se han atendido ya varias a la población.
En su momento, el alcalde Efrén Gonzales, manifestó su agradecimiento al gobernador del Estado de México, a través del Prof. Martín Rivera Espinoza, por el apoyo incondicional y su presencia como testigo fiel de que en Chiconcuac, no se ha descansado, que se sigue gestionando a favor de obras materiales para Chiconcuac y por lo mismo, continuaran respaldando al Dr. Eruviel Ávila Villegas.
Frente a los vecinos y de la regidora Claudia Rodríguez Flores, del director de Obras Públicas Raúl González González, el edil enfatizó, que Chiconcuac gracias a esto y los vecinos, la localidad es uno de los municipios del Valle de México, con mayor obra realizada en relación a los recursos que se le habían asignados, gracias a la gestión que se ha realizado y por lo mismo, pues se lleva más de 100 millones de pesos en obra pública, acotó.


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Laura Carlsen
Directora del Programa de las Américas para el Center for International Policy en México
Adital
Hay muchas clases de guerra. La imagen clásica de un soldado uniformado despidiéndose con un beso de su mamá para arriesgar su vida en el campo de batalla ha cambiado dramáticamente. En las guerras de hoy, es más probable que la mamá será la que pierda la vida.
El Programa de Desarrollo de la ONU declara que para mediados de la década de 1990, 90% de las bajas de guerra eran civiles– en su mayoría mujeres y niños.
La guerra contra las drogas en México es un buen ejemplo de las nuevas guerras sobre poblaciones civiles que borronean las líneas entre combatientes y ponen a sociedades enteras en la línea de fuego. De las más de 50.000 personas muertas por la violencia relacionada con esta guerra, la vasta mayoría son civiles.
El Presidente Calderón afirma que 90% de las víctimas estaban relacionadas con carteles de las drogas. Pero, ¿cómo lo sabe?
En un país donde sólo 2% de los crímenes son investigados, juzgados y sentenciados, el gobierno sacó esta cifra de la manga. No hay informe oficial sobre por qué estos miles fueron asesinados. Cuando sus cuerpos son encontrados en tumbas masivas sin marcas, nadie ni siquiera sabe quiénes eran. Con violencia como norma, las ejecuciones pueden –y lo hacen- buscar como objetivos a líderes de origen popular, defensores de derechos humanos, pueblos indígenas, y juventud rebelde, bajo el manto de la guerra contra el narcotráfico.
No Simple Homicidio
Hay también bajas de guerra más allá del conteo de cuerpos. El número de homicidios no cuenta a los desaparecidos, los miles cuyos cuerpos –muertos o vivos- nunca son encontrados, nunca son contados. Y oculta la mutilación de vidas causadas por "daños colaterales”: la pérdida de seres queridos, familias desplazadas, daños físicos y sicológicos permanentes, huérfanos y viudas, abuso sexual, vidas vividas en temor.
Estos costos caen principalmente sobre los hombros de las mujeres –madres, hijas y hermanas – que son dejadas a cargo de la casi imposible tarea de buscar respuestas y reparación en un sistema de justicia superado por la violencia e infestado por la corrupción. A menudo son re-victimizadas por agencias gubernamentales que las ignoran, las rechazan o las hostigan cuando exigen justicia.
"Los familiares al exigir la búsqueda de nuestros hijos, enfrentamos a amenazas de todo tipo…la pérdida de patrimonio, el aislamiento familiar,” dijo Aracelli Rodríguez, una madre cuyo hijo, un joven policía, fue desaparecido en su trabajo. Dice que después de "2 anos, dos meses y seis días de su desaparición”, la Policía Federal donde estaba adscrito se niega a darles información, "La realidad es que solo tenemos palabras y papeles.”
"Me despierto y descubro que no es una pesadilla, que su ausencia es real y la impunidad también es real.”
Es raro escuchar las voces de las mujeres que cargan con los altos costos de la guerra contra las drogas. Su dolor no sale en los encabezados. Algunas necesitan anonimato para permanecer vivas. A muchas se les ha concedido medidas precautorias por parte del gobierno u organizaciones internacionales de derechos humanos, debido a las extremas amenazas que enfrentan.
Contando historias
A pesar de estas dificultades, unas 70 mujeres contaron sus historias entre lágrimas y temores en la Ciudad de México el 22 de enero. La reunión citada por iniciativa de las Mujeres Nobel reunió una delegación internacional conducida por la ganadora del Premio Nobel de la Paz Jody Williams, con mujeres mexicanas víctimas de la violencia y defensoras de los derechos humanos.
Por las estadísticas incompletas, las mujeres constituyen una proporción relativamente pequeña de los asesinados en México, pero son la mayoría de ciudadanos que denuncian desapariciones, asesinatos y violaciones de los derechos humanos. Trabajan en las primeras líneas de defensa de las comunidades y derechos humanos, y por sus esfuerzos se convierten en blancos ellas mismas. En México, seis prominentes mujeres defensoras de los derechos humanos han sido asesinadas en los dos últimos años.
El último reporte del Relator Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos de la ONU reconoció que las amenazas y especialmente "explícitas amenazas de muerte contra mujeres defensoras de los derechos humanos son una de las más importantes formas de violencia en la región, con más de la mitad procedentes de Latino América, la mayoría de las cuales (27) son de México”.
A veces son los carteles de la droga que buscan acallar a mujeres activistas. Pero un reciente estudio de las mujeres mexicanas defensoras de los derechos humanos reveló que ellas citan al gobierno (nacional, estatal y local) y a sus fuerzas de seguridad como responsables en 55% de casos de violencia y amenazas de violencia a defensoras. Entre los funcionarios gubernamentales encargados de la seguridad pública y la justicia, encuentran indiferencia, y a veces hasta amenazas de muerte y ataques. Una defensora de los derechos humanos de la mujer del estado de Coahuila explicó que buscar a un ser querido desaparecido implica "siempre tener que estar en el infierno de las instituciones, y ver la penetración de las instituciones del Estado con la propia delincuencia.”
La violencia de género, incluyendo feminicidio, se ha elevado alarmantemente en el contexto de la violencia general. El número de feminicidios en Chihuahua desde que se lanzó el Operativo Conjunto del ejército ha aumentado a 837 durante el período 2008-junio del 2011, es decir, casi el doble del total de feminicidios registrados entre 1993-2007. Las defensoras de reportan que la vasta mayoría de las amenazas y actos de violencia contra ellas incluyen violencia sexual.
No más callados
Olga Esparza, cuya hija Mónica desapareció en Ciudad Juárez en 2009, explica entre lágrimas que al gobierno simplemente no les importa. "Somos nosotros los que tenemos que llevar a cabo las investigaciones, con nuestros propios recursos”. Ella agrega que los funcionarios de gobierno a menudo responden a su dolor con insultos. "Ellos dicen que a lo mejor se ha ido con el novio, o que es prostituta o drogadicta”. En su caso, como en muchos otros, no hay investigación, ni resultados, ni justicia.
Otra mujer describió cómo su trabajo con comunidades indígenas llevó a que fuera violada y torturada por agentes policiales. Ella sigue viviendo en el terror debido a amenazas contra su vida y su familia.
Alma Gómez, del Centro por los Derechos Humanos de las Mujeres en Chihuahua resumió lo que ella ve en el Centro, "Las mujeres son las víctimas invisibles riesgo ocupación militar y policiaca, violaciones tumultario por uniformados sin denunciar. Detenciones arbitrarias, buscando en encargados de los enfermos… Mitad de denuncias contra militares. Las mujeres son las víctimas invisibles, siempre estamos en riesgo en esta ocupación militar y policial. Sabemos de violaciones tumultuarias por uniformados sin denunciar, detenciones arbitrarias, mujeres que día tras día pasan buscando entre los cuarteles y las morgues a sus hijos, padres, esposos… Somos el botín de guerra en esta guerra que no pedimos y no queremos”.
La palabra "víctima” es realmente errónea para estas mujeres. Araceli Rodríguez explica, "En esta lucha por encontrar a mi hijo, me uní al Movimiento para la paz con Justicia y Dignidad. Aprendí que mi dolor lo puedo trasformar en una fuerza colectiva y así juntos ayudar a más personas tener voz a que se sepan poderosas para defender sus derechos”.
Valentina Rosendo, una mujer indígena me’phaa del Estado de Guerrero fue violada por soldados y llevó su caso hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Ella resume la razón para participar en el foro de la Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel: "Es muy dificl alzar la voz, pero es mas doloroso seguir callada.”
Fuente: Cipamericas - Traducción: María Luisa Etchart.

LAS VÍCTIMAS INVISIBLES DE LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS

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Laura Carlsen
Directora del Programa de las Américas para el Center for International Policy en México
Adital
Hay muchas clases de guerra. La imagen clásica de un soldado uniformado despidiéndose con un beso de su mamá para arriesgar su vida en el campo de batalla ha cambiado dramáticamente. En las guerras de hoy, es más probable que la mamá será la que pierda la vida.
El Programa de Desarrollo de la ONU declara que para mediados de la década de 1990, 90% de las bajas de guerra eran civiles– en su mayoría mujeres y niños.
La guerra contra las drogas en México es un buen ejemplo de las nuevas guerras sobre poblaciones civiles que borronean las líneas entre combatientes y ponen a sociedades enteras en la línea de fuego. De las más de 50.000 personas muertas por la violencia relacionada con esta guerra, la vasta mayoría son civiles.
El Presidente Calderón afirma que 90% de las víctimas estaban relacionadas con carteles de las drogas. Pero, ¿cómo lo sabe?
En un país donde sólo 2% de los crímenes son investigados, juzgados y sentenciados, el gobierno sacó esta cifra de la manga. No hay informe oficial sobre por qué estos miles fueron asesinados. Cuando sus cuerpos son encontrados en tumbas masivas sin marcas, nadie ni siquiera sabe quiénes eran. Con violencia como norma, las ejecuciones pueden –y lo hacen- buscar como objetivos a líderes de origen popular, defensores de derechos humanos, pueblos indígenas, y juventud rebelde, bajo el manto de la guerra contra el narcotráfico.
No Simple Homicidio
Hay también bajas de guerra más allá del conteo de cuerpos. El número de homicidios no cuenta a los desaparecidos, los miles cuyos cuerpos –muertos o vivos- nunca son encontrados, nunca son contados. Y oculta la mutilación de vidas causadas por "daños colaterales”: la pérdida de seres queridos, familias desplazadas, daños físicos y sicológicos permanentes, huérfanos y viudas, abuso sexual, vidas vividas en temor.
Estos costos caen principalmente sobre los hombros de las mujeres –madres, hijas y hermanas – que son dejadas a cargo de la casi imposible tarea de buscar respuestas y reparación en un sistema de justicia superado por la violencia e infestado por la corrupción. A menudo son re-victimizadas por agencias gubernamentales que las ignoran, las rechazan o las hostigan cuando exigen justicia.
"Los familiares al exigir la búsqueda de nuestros hijos, enfrentamos a amenazas de todo tipo…la pérdida de patrimonio, el aislamiento familiar,” dijo Aracelli Rodríguez, una madre cuyo hijo, un joven policía, fue desaparecido en su trabajo. Dice que después de "2 anos, dos meses y seis días de su desaparición”, la Policía Federal donde estaba adscrito se niega a darles información, "La realidad es que solo tenemos palabras y papeles.”
"Me despierto y descubro que no es una pesadilla, que su ausencia es real y la impunidad también es real.”
Es raro escuchar las voces de las mujeres que cargan con los altos costos de la guerra contra las drogas. Su dolor no sale en los encabezados. Algunas necesitan anonimato para permanecer vivas. A muchas se les ha concedido medidas precautorias por parte del gobierno u organizaciones internacionales de derechos humanos, debido a las extremas amenazas que enfrentan.
Contando historias
A pesar de estas dificultades, unas 70 mujeres contaron sus historias entre lágrimas y temores en la Ciudad de México el 22 de enero. La reunión citada por iniciativa de las Mujeres Nobel reunió una delegación internacional conducida por la ganadora del Premio Nobel de la Paz Jody Williams, con mujeres mexicanas víctimas de la violencia y defensoras de los derechos humanos.
Por las estadísticas incompletas, las mujeres constituyen una proporción relativamente pequeña de los asesinados en México, pero son la mayoría de ciudadanos que denuncian desapariciones, asesinatos y violaciones de los derechos humanos. Trabajan en las primeras líneas de defensa de las comunidades y derechos humanos, y por sus esfuerzos se convierten en blancos ellas mismas. En México, seis prominentes mujeres defensoras de los derechos humanos han sido asesinadas en los dos últimos años.
El último reporte del Relator Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos de la ONU reconoció que las amenazas y especialmente "explícitas amenazas de muerte contra mujeres defensoras de los derechos humanos son una de las más importantes formas de violencia en la región, con más de la mitad procedentes de Latino América, la mayoría de las cuales (27) son de México”.
A veces son los carteles de la droga que buscan acallar a mujeres activistas. Pero un reciente estudio de las mujeres mexicanas defensoras de los derechos humanos reveló que ellas citan al gobierno (nacional, estatal y local) y a sus fuerzas de seguridad como responsables en 55% de casos de violencia y amenazas de violencia a defensoras. Entre los funcionarios gubernamentales encargados de la seguridad pública y la justicia, encuentran indiferencia, y a veces hasta amenazas de muerte y ataques. Una defensora de los derechos humanos de la mujer del estado de Coahuila explicó que buscar a un ser querido desaparecido implica "siempre tener que estar en el infierno de las instituciones, y ver la penetración de las instituciones del Estado con la propia delincuencia.”
La violencia de género, incluyendo feminicidio, se ha elevado alarmantemente en el contexto de la violencia general. El número de feminicidios en Chihuahua desde que se lanzó el Operativo Conjunto del ejército ha aumentado a 837 durante el período 2008-junio del 2011, es decir, casi el doble del total de feminicidios registrados entre 1993-2007. Las defensoras de reportan que la vasta mayoría de las amenazas y actos de violencia contra ellas incluyen violencia sexual.
No más callados
Olga Esparza, cuya hija Mónica desapareció en Ciudad Juárez en 2009, explica entre lágrimas que al gobierno simplemente no les importa. "Somos nosotros los que tenemos que llevar a cabo las investigaciones, con nuestros propios recursos”. Ella agrega que los funcionarios de gobierno a menudo responden a su dolor con insultos. "Ellos dicen que a lo mejor se ha ido con el novio, o que es prostituta o drogadicta”. En su caso, como en muchos otros, no hay investigación, ni resultados, ni justicia.
Otra mujer describió cómo su trabajo con comunidades indígenas llevó a que fuera violada y torturada por agentes policiales. Ella sigue viviendo en el terror debido a amenazas contra su vida y su familia.
Alma Gómez, del Centro por los Derechos Humanos de las Mujeres en Chihuahua resumió lo que ella ve en el Centro, "Las mujeres son las víctimas invisibles riesgo ocupación militar y policiaca, violaciones tumultario por uniformados sin denunciar. Detenciones arbitrarias, buscando en encargados de los enfermos… Mitad de denuncias contra militares. Las mujeres son las víctimas invisibles, siempre estamos en riesgo en esta ocupación militar y policial. Sabemos de violaciones tumultuarias por uniformados sin denunciar, detenciones arbitrarias, mujeres que día tras día pasan buscando entre los cuarteles y las morgues a sus hijos, padres, esposos… Somos el botín de guerra en esta guerra que no pedimos y no queremos”.
La palabra "víctima” es realmente errónea para estas mujeres. Araceli Rodríguez explica, "En esta lucha por encontrar a mi hijo, me uní al Movimiento para la paz con Justicia y Dignidad. Aprendí que mi dolor lo puedo trasformar en una fuerza colectiva y así juntos ayudar a más personas tener voz a que se sepan poderosas para defender sus derechos”.
Valentina Rosendo, una mujer indígena me’phaa del Estado de Guerrero fue violada por soldados y llevó su caso hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Ella resume la razón para participar en el foro de la Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel: "Es muy dificl alzar la voz, pero es mas doloroso seguir callada.”
Fuente: Cipamericas - Traducción: María Luisa Etchart.

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Javier Calderón
Datos de la Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, AC, indica que En 2011 fueron secuestradas 2,979 personas y asesinadas 112.
Reitera que aunque la cifra no incluye ni secuestros no denunciados (y cuyas víctimas no fueron rescatadas por las fuerzas armadas), ni secuestros express, ni los secuestros de migrantes.
Añade que entre 2006 y 2011 los secuestros aumentaron en 384%.
Asimismo indica que México tiene la mayor cifra de plagios de su historia y la tasa más alta que nación alguna haya sufrido.
Reitera que Tamaulipas la entidad con la peor situación de secuestros.
Asegura que desde 1971 han sido asesinadas 1,383 víctimas de secuestro; 45% ocurrieron entre diciembre de 2006 y diciembre de 2011.
Sin la actuación de las fuerzas armadas la situación sería peor.
Esto demuestra el rotundo fracaso de la estrategia contra el secuestro y lo demagógico de las más recientes reformas.
La organización indica que es bueno fijarse metas de reducción del secuestro, lo malo es no cumplirlas y que nadie sea sancionado por fallar.

EN 2011 FUERON SECUESTRADAS Y ASESINADAS 112

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Javier Calderón
Datos de la Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, AC, indica que En 2011 fueron secuestradas 2,979 personas y asesinadas 112.
Reitera que aunque la cifra no incluye ni secuestros no denunciados (y cuyas víctimas no fueron rescatadas por las fuerzas armadas), ni secuestros express, ni los secuestros de migrantes.
Añade que entre 2006 y 2011 los secuestros aumentaron en 384%.
Asimismo indica que México tiene la mayor cifra de plagios de su historia y la tasa más alta que nación alguna haya sufrido.
Reitera que Tamaulipas la entidad con la peor situación de secuestros.
Asegura que desde 1971 han sido asesinadas 1,383 víctimas de secuestro; 45% ocurrieron entre diciembre de 2006 y diciembre de 2011.
Sin la actuación de las fuerzas armadas la situación sería peor.
Esto demuestra el rotundo fracaso de la estrategia contra el secuestro y lo demagógico de las más recientes reformas.
La organización indica que es bueno fijarse metas de reducción del secuestro, lo malo es no cumplirlas y que nadie sea sancionado por fallar.

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