 ECOLOGÍA EMOCIONAL FORMA PERSONAS SOSTENIBLES, EQUILIBRADAS Y FELICES * El modelo creado por Jaume Soler y Mercè Conangla responde a la prevención de los principales problemas que hoy afectan a nuestras sociedades Gestionar nuestra energía emocional de manera creativa y amorosa, de tal forma que sirva para mejorarnos como personas, aumentar la calidad de nuestras relaciones y respetar y cuidar nuestro mundo es posible con el modelo Ecología Emocional, promotor de “un modelo de persona más sostenible y equilibrada, que se responsabiliza de la gestión de su mundo afectivo para construir una felicidad auténtica y serena”. El modelo creado en 2002 por Jaume Soler y Mercè Conangla, da respuesta a la prevención de algunos de los principales problemas que hoy afectan a nuestras sociedades y están presentes en todos los ecosistemas: familiar, social, educación, salud, organizaciones y empresas. La Ecología Emocional ofrece un planteamiento nuevo, creativo y revolucionario en educación emocional, que trabaja al mismo tiempo aspectos educativos emocionales y medioambientales y que apuesta por formar un nuevo modelo de persona: la persona emocionalmente ecológica. El nuevo modelo parte de que cuando mejora la persona, todo lo que la rodea evoluciona. “Así trabajamos para ayudar a poner en juego e incrementar las capacidades de cada persona para gestionar de forma adaptativa, sostenible y ecológica su mundo emocional”, expresa el Institut d’Ecología Emocional (IEE). La Ecología Emocional contribuye al bien personal y social mediante programas orientados: - Al desarrollo integral de la persona. - Al desarrollo de la moral, ética y valores. - Al desarrollo y promoción de la familia. - Al desarrollo de una salud integral. - Al desarrollo de una conciencia social. - Al desarrollo de una conciencia ambiental. - Al desarrollo del equilibrio, la armonía, el bienestar y la creatividad Los creadores del modelo Ecología Emocional advierten que un mundo interior y exterior emocionalmente más ecológico no se improvisa ni se encuentra hecho. “Hay que tomar conciencia de que formamos parte de un ecosistema humano y natural, en el cual todos somos piezas importantes y que influimos en el conjunto. Nuestras acciones y nuestra pasividad tienen un impacto en el clima emocional global, haciendo que aumente el desequilibrio, el sufrimiento, la enfermedad y la destructividad o el equilibrio, la armonía, el bienestar y la creatividad”. Jaume Soler y Mercè Conangla afirman que “somos responsables de la persona que somos y corresponsables del mundo que tenemos”, motivo por el cual debemos apostar por la sostenibilidad emocional para reducir el nivel de tóxicos que emanamos, reutilizar y reciclar capacidades y habilidades adormecidas y reparar heridas para conseguir la armonía”. Los creadores de Ecología Emocional estarán en México del 17 de julio al 12 de agosto, para formar a los primeros profesionales del desarrollo humano en el uso y aplicación del nuevo modelo.-o0o-
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