Posted by .
on viernes, octubre 19, 2012
0
Las alzas de precios no son sólo por el
cambio climático.
La especulación de los fondos de inversión en el mercado de
alimentos también provoca volatilidad en sus precios
En los mercados mundiales, los grandes
fondos de inversión imponen sus intereses en contra de los productores y
consumidores
Su intervención destruye la capacidad de
los productores y erosiona la tierra.
Como consecuencia, México se vuelve
altamente dependiente en el suministro de alimentos básicos.
Exigimos la prohibición y/o la
regulación de los fondos de inversión en el mercado de alimentos
Después de la crisis de los
alimentos de 2007-2008, e incluso en la de 2011, la mayoría de los análisis que
se hicieron acerca de sus causas, coincidió en destacar factores como el
aumento de la demanda en Asia, su utilización para producir agro combustibles y
una menor producción provocada por el cambio climático, como sucedió este año
con la sequía en América del Norte.
Adicionalmente, cada vez es más fuerte la
intervención de otro factor, los fondos de inversión que con enormes recursos
financieros llevan a cabo actividades especulativas, provocando volatilidad en
el mercado de alimentos; se estima que 30% de las alzas de precios ha sido
provocada por la intervención de esos fondos.
No se puede ignorar la importancia de esos fondos.
De acuerdo con un reporte de 2011 de Investment & Pensions Europe,
publicado por la BBC, los diez mayores fondos de inversión controlan recursos
que superan en 20% el PIB de Estados Unidos y equivalen a cuatro veces el PIB
de América Latina.
Además, esos fondos han creado múltiples
herramientas de inversión financiera, que les permiten multiplicar el capital
del que disponen, a tal grado que, de acuerdo con el Banco de Pagos
Internacionales, sólo los saldos de las operaciones con derivados crecieron de
cerca de 72 billones (millones de millones) de dólares en 1998 a 647 billones
en diciembre de 2011, más de nueve veces el PIB mundial. Eso explica los flujos
de capitales especulativos a cada vez más mercados, incluido el de alimentos.
omo lo señala el Observatorio del Derecho a la
Alimentación y a la Nutrición (ODAN), los fondos de inversión, urgidos de
ganancias, realizan operaciones de largo plazo con precios al alza, esos
contratos los venden antes de su vencimiento a un precio más alto, generando
una expectativa al alza. Es importante señalar que esos fondos no tienen
interés en adquirir las materias primas con las que especulan y, en el caso de
los alimentos, sólo 2% de los contratos a futuros en los que participan los
fondos de inversión concluyen con la entrega física del producto.
Como consecuencia de la especulación financiera, se
propicia la especulación en los mercados de productos físicos, incluido el de
alimentos. Como la intervención de los fondos crea la expectativa de alzas de
precios, las empresas crean reservas para aprovechar esa situación. A su vez,
los productores invierten para aprovechar los altos precios, buscando aumentar
su productividad, incluso afectando la calidad de la tierra y el uso de los
recursos, sobre todo el agua.
Pero esa situación no se prolonga por mucho tiempo.
Cuando los fondos especulativos toman utilidades, se deshacen de sus contratos
en alimentos y los precios bajan. Eso ha propiciado graves problemas
financieros a los productores, llevándolos a abandonar la tierra. De hecho, la
especulación también se utiliza para despojar de su tierra a los productores.
De hecho, la intervención de los fondos
especulativos no es ajena al desarrollo de las grandes empresas agroindustriales, incluyendo las
proveedoras de insumos. Como señala el reporte del Observatorio, esas grandes
empresas se han beneficiado de la actividad de los fondos de inversión, con sus
propios recursos, como inversionistas, y como participantes en el mercado de
alimentos, aprovechando la pérdida de capacidad económica provocada a los
productores.
Así, encontramos, entre otras, empresas de semillas
(Pionner, Warner, Singenta, Monsanto), fertilizantes (Novartis, Dupont,
Tepeyac), agroquímicos (Bayer, Basf, Agroquímica), maquinaría agropecuaria
(John Deere, Ford, Massey Ferguson), producción y transformación de básicos
(Gruma, Lala, Alpura, Bimbo) y comercialización de productos básicos (WalMart,
Soriana), que son inversionistas o que tienen claros intereses en la tierra,
adquiriendo las propiedades que los productores no pueden mantener, por la
falta de una política pública adecuada y, sobre todo, por las maniobras
especulativas con la demanda y los precios de los alimentos.
En ese contexto, hay que recordar el informe de Lehman Brothers, que señala que el dinero de los fondos de
inversión alimentarios pasó de 13,000 a 260,000 millones de dólares de 2003 a
2008. También estima que Goldman Sachs ganó más de 1,100 millones de euros en 2009 y
Barclays 385 millones sólo por inversiones en el mercado de alimentos.
En el caso de México
ya se han realizado operaciones financieras con alimentos a través del Mercado
Mexicano de Derivados (MexDer), a partir de un acuerdo con el Chicago Mercantil
Exchange (CME). Con ese tipo de operaciones, la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación promueve un nuevo esquema de
agricultura por contrato, para dar certidumbre al productor y al comprador
mediante la cobertura de precios canalizados a través de intermediarios
financieros. Hasta ahora se han realizado sólo pequeñas operaciones de futuros
con maíz amarillo y soya.
Sin embargo, no
es indispensable la bolsa agropecuaria para que la producción del campo
mexicano se vea expuesta a la especulación.
De hecho, existe poca transparencia en las operaciones de acopio que
llevan a cabo los almacenes del país en condiciones de monopsonio, en contra
del interés de los productores. Tampoco se sabe a ciencia cierta el volumen de
granos disponible y las operaciones que realizan en el mercado financiero con
esos productos, en contra del interés de los consumidores.
Esta bolsa
agropecuaria sólo puede funcionar si el gobierno mexicano promueve el
establecimiento de límites o prohibiciones a la participación de los fondos de
inversión en las operaciones de futuros con materias primas, principalmente
alimentos. De otra manera, dicha bolsa será una fuente permanente de
especulación.
Por lo anterior,
exigimos que la CNBV informe de las condiciones en que se encuentra el sistema
de acopio del país, y las operaciones con certificados de depósito que se
llevan a cabo.
Es
urgente cambiar la estrategia y desarrollar nuevos esquemas de financiamiento
al productor. Urge acotar la intervención de esos especuladores y diseñar una
estrategia por la soberanía alimentaria, basada en el fortalecimiento de los
pequeños productores, la constitución de una reserva estratégica de granos y el
uso racional de los recursos en especial el agua
0 comentarios:
Publicar un comentario