ADVIERTEN RIESGOS DE RECHAZO DE ÓRGANOS POR USO DE INMUNOSUPRESORES DE BAJA CALIDAD

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Científico del Cinvestav alerta que la tasa de rechazo podría ser hasta del 90% cuando no se usan medicamentos adecuados o se cambia constantemente de tratamiento

En la actualidad la tasa de rechazo agudo de órgano en el paciente trasplantado está por debajo del 10% cuando se usa inmunosupresores de nueva generación; sin embargo, el empleo de medicamentos copia y el cambio constante de tratamiento, puede elevar la tasa hasta en un 90%, por lo que las instancias de salud deben prestar más importancia a la calidad que al precio al momento de licitar, advirtió Gilberto Castañeda Hernández.

El investigador del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) afirmó que si no se tiene bien documentada la bioequivalencia, la introducción de inmunosupresores genéricos incrementa los rechazos y los eventos adversos en los pacientes trasplantados, como lo han documentado varios grupos de investigación, incluso de países europeos o Estados Unidos.

Entrevistado en el marco del Día Mundial del Paciente Trasplantado, Castañeda Hernández afirmó que el problema a resolver en el tema de los trasplantes de órganos en México, es en el acceso a los medicamentos inmunosupresores de buena calidad, que eviten los rechazos a largo plazo.

“En las últimas décadas han aparecido medicamentos muy buenos que permiten bajar las tasas de rechazo agudo a números por debajo del 10%, pero son costosos, entonces varios sistemas de seguridad social han introducido medicamentos genéricos; sin embargo, hay preocupación por los problemas de rechazo agudo que pueden generan, porque en realidad algunos de ellos no son genéricos, sino copias”.

Lo anterior es sumamente preocupante, advirtió el investigador, dado que 90% de los pacientes trasplantados son atendidos por instituciones públicas de salud, donde por lo general los contratos de licitación de inmunosupresores se ganan ofreciendo el mejor precio, y no necesariamente la mejor calidad.

Dicha situación provoca cambios constantes en los medicamentos que reciben los pacientes trasplantados en diversos hospitales, lo que puede generar problemas de rechazo; por lo que consideró urgente que los pacientes trasplantados reciban el mismo tipo de genéricos y con un control de calidad muy estricto.

Las recomendaciones internacionales indican que debe aplicar siempre el mismo medicamento ya sea genérico o innovador, porque pequeños cambios en ellos tiene consecuencias, afirmó Castañeda Hernández.

El fenómeno también provoca un incremento en el costo de los tratamientos por el tiempo de hospitalización, porque los casos de rechazo agudo en vez de resolverse en 5 días, se tardan 16, en promedio, lo que triplica el tiempo.

Se estima que con el nivel de recursos humanos y materiales de México, un trasplante que no llega a los diez años es un fracaso; es la meta que se puede cumplir, porque la vida promedio del trasplantado en el país es de 9 a 15 años.

“La cuestión técnica y operativa para realizar trasplantes en el país la tenemos resuelta; los equipos de cirujanos están bien entrenados; contamos con los dispositivos técnicos; tenemos bien hechas las listas de pacientes para trasplante; y estamos preparados para hacer las pruebas de histocompatibilidad.

“Lo que no teníamos era la disposición legal para favorecer la donación de órganos, pero esto ya lo estamos superando, por lo menos en el Distrito Federal, con los nuevos cambios en la legislación sobre donación a partir de pacientes fallecidos”, aseguró Castañeda Hernández.

Hay una buena especialización en el país y los trasplantes se hacen casi de rutina; en el caso de riñón se hacen más de dos mil al año sin ningún problema técnico; sin embargo, hacen falta estudios bien diseñados para determinar el impacto económico del uso no controlado de medicamentos genéricos, concluyó.